viernes, 10 de noviembre de 2017

Quietos parados.



      La gran mayoría, son de piedra, mármol, hierro, las hay incluso de madera o de algún otro sorprendente material. Todas nos cuentan algo, ya sea un recuerdo histórico, algún tipo de devoción, la característica obra de un famoso artista o incluso las debilidades e inspiraciones de un nuevo escultor por conocer.

      Las podemos catalogar como emblemáticas, clásicas, famosas o incluso modernas o transgresoras.

      Lo que si está claro, que en toda ciudad o pueblo que se precie, debemos poder encontrarlas.
     
      Sirven para situarnos en infinidad de situaciones, como excusa para hacernos una foto con amigos, como inspiración a artistas; nos evocan belleza y armonía o por el contrario nos descubren lo loco y caótico de éste mundo.

      Estén hechas del material que sea, sean feas o bonitas, modernas o antiguas, la cuestión es seguir paseando a su lado, seguir estudiándolas a ellas y a sus creadores, promover que no se pierda éste arte y sobre todo y si la ocasión lo requiere, disfrutar quedándose unos de piedra al verlas.

      Espero que os guste éste paseo pedregoso, un saludo.





























   

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